dilluns, 21 de juliol del 2014

HOMENATGE A TORRES GARCÍA

"Ver · Sentir · Comprender. 
Joaquín Torres García 140 años - 1874-2014"




Des de la Fundació Torres García de Montevideo ens conviden a l'exposició que han organitzat  en colaboració amb el MNAV, amb motiu del 140è aniversari del  pintor uruguaià.

S'hi exposen por primer cop molts manuscrits inèdits fins ara, i constitueix una magnífica oportunitat per a descubrir els camins del pensament de Torres García. Manuscrits i pintures, en un diàleg íntim:

Muestra Homenaje 
La palabra escrita rondó la obra de Joaquín Torres García desde sus primeros años cuando -contra la opinión de su padre que consideraba el pintar un oficio de vagos- el joven artista eligió ganarse la vida como ilustrador de carteles, libros de catecismo y revistas de actualidad. En 1904, al publicar su primer texto en una revista catalana, Torres García inicia una producción escrita sobre el arte y los artistas que se prolongará en decenas de publicaciones en diarios y revistas, cerca de veinte libros editados, manifiestos, libros inéditos y varios cientos de conferencias sobre arte; un conjunto que llena unos veinte mil folios manuscritos. 
El pensamiento de Joaquín Torres García se entrelaza con su obra y con su vida en una trama que es única en la historia del arte. En sus escritos se pueden palpar los rastros de una búsqueda vital, y también la necesidad de delimitar ámbitos y formas de acción artística para realizar lo que Torres García consideraba "un arte grande" vinculado a un orden general en el que se inscribiría todo el hacer humano. Este arte, construido en referencia al "Hombre Abstracto" o idea del hombre, no podría ser realizado solamente por el aspecto intelectual y consciente del artista, sino por el individuo como una totalidad, suma de sus diversos aspectos vitales y cognitivos. 
El diálogo entre pensamiento visual y pensamiento verbal no se limita a operar entre libros y cuadros, sino que existe en los libros y en los cuadros, tomando una singular expresión en los manuscritos dibujados, donde todas las letras son dibujos y cada página es una obra; síntesis de la forma plástica y de la idea. Ese impulso de unidad que aparece una y otra vez en los escritos de Torres García, cobra cuerpo en proposiciones de carácter metafísico, estéticas y operativas, que influyen en su producción artística al tiempo que son revisadas por ésta. 
Porque a pesar de lo que la posteridad ha tendido a creer sobre Joaquín Torres García, junto a la convicción que impulsaba sus afirmaciones también había la certeza de que lo escencial nunca termina de ser dicho. "Puedo pensar todas estas cosas y muchas más - hacer mil combinaciones estéticas hasta el infinito - y, de acuerdo con esas combinaciones, hacer cuadros. Pero el valor que tendrán esos cuadros, siempre será el mismo: será algo de mí, un sabor plástico, algo que no puedo ni quitármelo de encima ni trasmitírselo a otro: la personalidad. Es por eso que no se debe trabajar sobre el pensamiento, sino sobre lo que es personal: sobre esas cualidades, ese toque, ese sabor plástico indefinible. Y si al trabajar sobre esto puedo llegar a encontrar una manera, inclusive un procedimiento, habré encontrado mi sistema. Y este sistema valdrá tanto como otro. En resumen: que todo sistema combinado por el pensamiento solo, es algo transmisible, que se puede explicar e inclusive definir, y que, por su naturaleza no pertenece a nadie. Pero que el verdadero sistema personal, o sea: la materia incorporada a nosotros, humanizada en nosotros, ese mundo recreado en nosotros, imposible de definir porque uno no puede definir lo absoluto de la personalidad, esa es la verdadera vía del artista. Y será un arte vivo -el otro un intelectualismo."
Alejandro Díaz